viernes, 26 de septiembre de 2008

Bienes materiales, necesidades elementales

Quiero dejar claro como el agua que en este blog no voy a debatir sobre los bienes materiales, sobretodo de las posesiones que esta sociedad de consumo ha convertido en imprescindibles cuando en realidad no lo son. Por ejemplo tener moto o coche. Dudo mucho que algún día pueda pagarme el carnet de conducir, un coche y un párking para guardarlo y de momento sobrevivo con mi bici o el transporte público. 
El problema es mucho más complejo para la gente de mi generación y diría que la anterior y posterior también. Por no hablar del suicidio existencial que supone querer vivir sólo, sin pareja e intentar ser autosuficiente. La Constitución recoge el derecho a una vivienda digna, entiendo que se cual sea tu opción de vida. 
¿Y por qué yo no puedo vivir sola? ¿Tengo que estar  compartiendo piso con estudiantes el resto de mis días? Lo mejor del tema es que subarrendar una habitación es ilegal. Ilegalidad con la que a mi suelen darme ataques de risa. 

Así que se trata de no tener cubiertas ni de lejos, mis necesidades básicas. Como decía el día anterior si no fuera por mis padres que me siguen alimentando, habría muerto de hambre hace mucho tiempo. Lo cuál me parece muy injusto y complica mi estatus de persona adulta.
Con este panorama creo normal que esté desarrollando un sentimiento de odio hacia esta ciudad, cada día más cara, cada día más gris y cada día más aburrida. 
Alguno estará pensando ¿y por qué sigues aquí?  Inocente el que crea que el área metropolitana es mejor. 
Además me encanta mi casa y la plaza que tengo delante. Incluso me ha entrado el síndrome de estocolmo y parece barata dada su ubicación. Es como un reducto en medio del infierno. 

Ingreso de hoy en la hucha: multiplícate por cero. 


jueves, 25 de septiembre de 2008

Delitos y faltas

Sigo preocupada pensando si arderé en el infierno por marrana. Presuntamente, porque habría que hacer un baremo de actitudes incívicas, a ver en qué puesto queda mi sacudida de ácaros al exterior. 
Algunos deben preguntarse cómo puede ser tan difícil ahorrar para comprar una aspiradora. La respuesta es que, a parte de la manía de comer cada día,  siempre tengo otros gastos que se interponen y acabo dejándolo para el mes siguiente. Por ejemplo; he terminado mi segunda carrera y tengo que pagar el título, 168 euros. Además se acerca la boda de uno de mis mejores amigos y debería regalarle algo. Tal vez puedo hacer un barco con palillos y meterlo en una botella. 
Todo este tema del polvo me está estresando una barbaridad. Algunos dirán que no hay para tanto pero tendrían que haber visto la cara de soberbia con la que mi miró el papá de familia en cuestión. Estuve a punto de bajar y decirle que el tema es tan triste como no poder comprar una aspiradora, igual el hombre me regalaba una. 
Otra de las cosas que me fastidia cuando se habla de dinero y cómo mantener una actitud positiva (básicamente negando la evidencia), es que hay cosas mucho peores en la vida, como que te atropelle un coche, el hambre en África, el cambio climático y cosas por el estilo. 
A lo que yo respondo: 
Primero -    prefiero centrarme en el mundo de los vivos, espero que durante mucho tiempo. 
Segundo -  que sí, que el mundo da asco y hay millones de personas en una situación extremadamente grave, hambre, guerras, huracanes, etc., etc., ¿pero tengo yo la culpa? y prefiero tener un único fuego abierto como debate porque si no el incendio sería incontrolable. 

Y el debate está ahí; ¿cómo sobrevive la gente soltera (o no), joven y mileurista en Barcelona?
Como mi situación pinta chunga, el siguiente paso a parte de enviar cartas a los diarios, va a ser abrir una cuenta en un banco y aceptar donaciones. 

Mañana más. Ingreso de hoy en la hucha; cero patatero. 



miércoles, 24 de septiembre de 2008

Necesito una aspiradora

Este blog acaba de dar un giro de 180 grados. Lo tenía prácticamente abandonado sobre todo por falta de tiempo.
Pero es que hoy me ha pasado una cosa que me ha sacado de mis casillas. Como cada fin de semana tengo la costumbre de limpiar mi casa y sacudir la manta del sofá en el balcón. ¿Por qué? porque no tengo aspiradora. ¿Y por qué no tengo aspiradora? porque no me llega el sueldo para compar una.
El tema podía seguir esperando si no fuera porque un hombre de mediana edad que iba paseando con su mujer y su hijo me ha visto, y con cara de indignación absoluta ha soltado, "molt bè, molt bè, tota la pols al carrer". Pues sí señor, ¿qué pasa? ¿es que los ácaros de mi casa contaminan más que los miles de coches que invaden la ciudad? ¿por qué tropiezo cada día con cacas de perro en la calle? imagino que sus dueños creen que los canes cagan flores. ¿Y las yayas que viven en bajos, friegan su casa y tiran el cubo del agua en la calle? Que nos multen a todos, digo yo, por incívicos e insolidarios.
Ahora, que los pisos estén como están y tanto hipotecas como alquileres se coman el 80% del sueldo, no es nada importante. El delito contra la humanidad está en sacudir las mantas por el balcón. Que vivas al límite de la pobreza no tiene ninguna importancia.
Reto a este señor, que debe ser un ciudadano modélico y ejemplar, que se ponga en mi lugar un mes que me llegue el alquiler y las facturas de golpe. A ver cómo se lo monta para comprar comida. Ya no hablemos de la puñetera aspiradora.
Pero como me ha tocado el orgullo me la voy a comprar. Hoy empieza un plan de ahorro hasta que consiga tener una y dejar así de contaminar con los ácaros de la manta.
Animo a todo el mundo que se sienta identificado conmigo o no, a seguir este blog y de paso aportar ideas para el ahorro. En mi hucha sólo tengo 0,66€ y el cacharro cuesta 150...